Verso y tinta

El mar estaba en calma,

Mientras mis lágrimas caían al suelo,

Llevan aroma de ti, de la despedida con medio y medio,

De aquella noche en que nos dijimos “nunca más”

Se escriben en las calles nombres y figuras de tu imagen,

De aquella que decidiste que dejara de lado,

De aquella que una vez quiso ser libre al regazo de un ingenuo.

Otra lágrima cae al suelo,

Vuelve a recogerla nadie...

Cae como el silencio en mitad de tanta gente.

El mar bravea ahora, a lo lejos,

Y se distinguen dos olas,

La una; tatuada con tu nombre,

Y la otra allá a lo lejos,

Que lleva el mío.